domingo, 30 de diciembre de 2007

Observación de bacterias:


Objetivo: Observar las bacterias en un yogur y algunos tipos diferentes de estas y ver el sarro dental. También utilizamos por primera vez aceite de inmersión al usar el máximo aumento.

Material empleado:
Frasco lavador, microscopio, aceite de inmersión, sarro de dientes, yogur abierto días antes, mechero de alcohol, pocillo de tinción, aguja enmangada, pinzas, portaobjetos, cubreobjetos y azul de metileno.

Fundamento teórico:
El yogur es un producto lácteo obtenido mediante la fermentación bacteriana de la leche. La elaboración de yogur requiere la introducción de bacterias ‘benignas’ específicas en la leche bajo una temperatura y condiciones ambientales controladas (muy cuidadosamente en el entorno industrial). La bacterias utilizan como fuente de energía la lactosa o azúcar de la leche y liberan ácido láctico como producto de desecho. Éste provoca un incremento de la acidez que hace a su vez que las proteínas de la leche precipiten formando un gel. Cuando el yogur no está cerrado herméticamente prolifera una gran cantidad de bacterias, las cuales pueden ser observadas sin dificultad.

Procedimiento experimental: Obtenemos muestras de yogur y de sarro dental, a cada una de las muestras le añadimos agua, luego la ponemos en un portaobjetos y la pasamos por el mechero de alcohol para evaporar el agua. A continuación lo teñimos con azul de metileno y limpiamos sirviéndonos del frasco lavador el exceso de tinte. Además, les añadimos aceite de inmersión, y así no las dañamos al utilizar el máximo aumento de nuestro microscopio.

Conclusión: Hemos logrado observar las bacterias del yogur, las cuales estaban asociadas en estreptococos (bacterias esféricas agrupadas en cadenas). Las bacterias en el sarro dental también pudimos verlas, pero no apreciamos que predominase un tipo de asociación específica. En el yogur, además, observamos muy bien hongos filamentosos.

1 comentario:

Elena Aranguren Hernández dijo...

Bien Jorge, pero el aceite de inmersión no se utiliza para no dañar la muestra, sino para no arañar el objetivo, que debe colocarse muy cerca del portaobjetos.